Muchas veces sentimos síntomas físicos sin una causa aparente: dolor de estómago, presión en el pecho, nudo en la garganta, taquicardias, cansancio extremo.

Vamos al médico. Nos hacen pruebas. Y nos dicen: “no tienes nada”.

Pero tú sí sientes algo.

Ese "algo" tiene que ver con tu sistema nervioso.

Los pensamientos intrusivos son pensamientos repetitivos, angustiosos o irracionales que aparecen sin que los elijas. Pueden tener contenido catastrófico, violento, vergonzoso o simplemente confuso.

Hay un miedo del que no se habla tanto, pero que pesa mucho: el miedo a estar solos. No siempre se nota desde fuera. Se disfraza de hiperactividad, de necesidad constante de ruido, de estar siempre ocupado o disponible para otros. Pero dentro hay una sensación conocida: un vacío que da miedo mirar.

El movimiento interrumpido es un concepto dentro de la terapia somática y especialmente en el enfoque de constelaciones familiares y trabajo de trauma temprano, que hace referencia a una ruptura precoz en el vínculo con la figura de apego principal, habitualmente la madre

Muchos niños no pueden “estar presentes” no porque no quieran, sino porque su cuerpo está ocupado intentando sobrevivir.

Cuando necesitamos calmar nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestras relaciones.

Llorar no es debilidad. Es una forma instintiva que tiene nuestro sistema nervioso de liberar tensión, aflojar la presión interna y procesar lo que nos duele.

Muchas veces creemos que la ansiedad es solo algo mental, como si fuera “preocuparse demasiado” o “pensar en exceso”.
Pero la ansiedad no vive solo en la mente.
Afecta al cuerpo, a los pensamientos y a nuestras relaciones.
Y entender esto puede ayudarte a dejar de culparte, y empezar a acompañarte.

Hablar de autolesión no es fácil. Pero es necesario.
Muchas personas la viven en silencio, con vergüenza, miedo o culpa.
Por eso, hoy quiero acercarme a este tema desde un lugar diferente: la comprensión.
Porque detrás de cada conducta que parece dañina, suele haber una historia que no ha sido sostenida.

La ansiedad es una palabra que muchas personas pronuncian a diario… pero pocas entienden de verdad.

En teoría, las redes sociales nos conectan.
Nos acercan a otras personas, a ideas nuevas, a inspiración.

Pero en la práctica, para muchas personas, ese espacio se ha vuelto una fuente de comparación constante, ruido mental y ansiedad invisible.

Esta terapia no te enseña a “controlar tus emociones”, sino a dialogar con ellas.
No busca que te adaptes más… sino que te reencuentres contigo.
No es una técnica para “funcionar mejor”, sino un camino para vivir con más autenticidad, armonía y libertad interna.

Si sientes que dentro de ti hay partes que luchan, que se contradicen, o que te bloquean, quiero decirte algo: no estás sola, ni estás rota.
Solo necesitas aprender a escucharte de otra forma.

Las redes sociales no son malas en sí mismas. Pueden ser fuente de inspiración, de conexión, de aprendizaje.
Pero también pueden ser una carga silenciosa cuando estás en un momento sensible, atravesando ansiedad, duelo, trauma o simplemente intentando sostenerte.

No todo lo que ves es real y te comparas con esas imágenes.

Y eso te hace daño sin que te des cuenta.

No necesitas exigirte más.

El duelo no es una etapa.
Es un proceso profundamente humano.
A veces silencioso, a veces desbordante.
Siempre válido.

No hacemos duelo solo por quienes mueren.
También por lo que fue, lo que no fue, lo que cambió para siempre.
Y eso duele… en el alma y en el cuerpo.

En mi trabajo terapéutico, no “apresuramos” el duelo.
Lo escuchamos. Lo sentimos.
Le damos un espacio seguro para existir sin juicio.

Si estás atravesando una pérdida o un cambio profundo, no tienes que hacerlo sola.

Pensar es útil, pero no siempre suficiente. La mente ansiosa quiere resolver todo pensando, pero rara vez logra alivio así. Termina atrapada en los mismos laberintos, sin llegar al cuerpo… sin llegar al presente.

“Meditar no es dejar la mente en blanco. Es observar sin juzgar, anclar la atención en la respiración, en el cuerpo, en el momento. Es permitirte sentir lo que hay, sin necesidad de entenderlo todo ahora.”

Y sí: la meditación también puede remover emociones intensas. Porque no solo potencia tu luz, también puede mostrarte tus sombras.

El apego es aquella relación o vínculo afectivo que se genera con las figuras de referencia o cuidadores principales desde los primeros años, meses e incluso minutos de vida. En el futuro, este vínculo se proyectará en la relación no sólo con terceros, sino también con uno mismo y con el mundo.

Es un masaje en los pies que nos transporta a un estado de calma y bienestar, al serenar nuestro sistema nervioso.

Creemos que nuestra historia empieza en el momento del nacimiento, pero la verdad es que venimos con una gran mochila que va mucho mas allá.