La neblina que bloquea mi mente

Cuando hablamos de la “neblina”, no es solo una metáfora: es una experiencia real en el cuerpo y en el cerebro.
Es esa sensación de que tu mente se ralentiza, como si las ideas no encajaran, como si costara recordar, planificar o concentrarte. Sientes que tu cerebro está cubierto por una capa que no te deja pensar con claridad.

Neurológicamente, lo que ocurre es que tu sistema nervioso, al vivir durante mucho tiempo en estados de estrés y ansiedad por la exigencia (reconocimiento, valía, éxito profesional, etc.) activa mecanismos de protección. Cuando la activación es demasiado intensa y prolongada, el cuerpo puede pasar de la hiperalerta a la desconexión: una especie de “apagado parcial” para no quemarse.


Cómo lo siente tu cuerpo

 

  • Cansancio profundo: como si cualquier tarea, incluso las más pequeñas, demandara demasiada energía.

  • Pesadez en la cabeza y los párpados: esa sensación de “no puedo más”, donde incluso mantener la atención es agotador.

  • Tensión acumulada: a veces en cuello, hombros, mandíbula, porque el cuerpo estuvo tanto tiempo en lucha y ahora se derrumba.

  • Respiración superficial: como si el aire no llegara del todo, reflejando que no hay espacio para pensar ni para sentir con claridad.

 

 Tu cuerpo está diciendo: “Ya fue demasiado. Si sigo así, me rompo. Mejor frenar.”

 

Lo que realmente está protegiendo

Esa neblina es un mecanismo de defensa, no un enemigo. Te protege de volver a caer en el círculo de ansiedad que viviste intentando alcanzar reconocimiento a través del éxito profesional.
Tu sistema nervioso entendió que la exigencia y la autoexposición eran una amenaza, y decidió “apagar funciones” para que no te exigieras aún más.

En otras palabras:

  • La neblina bloquea el pensar porque sabe que tu mente se iba directo a la autoexigencia, a la crítica, al “tengo que rendir más”.

  • El cansancio te obliga a parar, a dejar de correr detrás de logros externos.

  • La desconexión te salva del ataque de ansiedad, de ese estado en el que el corazón late con fuerza, la respiración se acelera y la mente se llena de pensamientos intrusivos.

 

Aunque molesta y es frustrante, esta neblina te protege de volver a ponerte en peligro frente a la herida de fondo: el miedo a no ser vista o reconocida, o a no tener exito.


En resumen:

La neblina es el lenguaje de tu cuerpo para recordarte que no puedes seguir viviendo desde la exigencia del reconocimiento externo. Es como un guardián que baja el interruptor del cerebro para protegerte de una ansiedad aún mayor.

Pero ahora al comprenderla, puedes empezar a dialogar con ella, agradecerle su función y abrir poco a poco espacio a formas de vivir donde no necesitas forzarte para ser valiosa.

 

Te dejo esta meditación para que intentes jugar con esa neblina  

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