Practicas somáticas para el acompañamiento del trauma
Esquema de prácticas somáticas para trauma (uso personal y seguro)
1. Anclaje en el presente (Grounding)
Objetivo: Recordarle al sistema nervioso que estás en un lugar y momento seguro.
Pasos:
1. Siéntate con los pies bien apoyados en el suelo.
2. Observa 5 cosas que puedas ver, 4 que puedas tocar, 3 que puedas oír, 2 que puedas oler, 1 que puedas saborear.
3. Nota la textura del suelo bajo tus pies y el soporte de la silla.
2. Respiración pendular
Objetivo: Activar suavemente el sistema parasimpático (relajación).
Pasos:
1. Coloca una mano en el abdomen y otra en el pecho.
2. Inhala por la nariz en 4 segundos, notando el abdomen expandirse.
3. Exhala lentamente por la boca en 6 segundos.
4. Haz 5 ciclos, sin forzar.
3. Exploración de sensaciones seguras
Objetivo: Enseñar al cuerpo que no todas las sensaciones son peligrosas.
Pasos:
1. Elige una parte del cuerpo que se sienta cómoda (puede ser una mano caliente, un hombro relajado).
2. Coloca tu atención allí y descríbela mentalmente: temperatura, textura, peso.
3. Permite que esa sensación se expanda un poco más.
Duración: 1–2 min.
4. Movimientos de descarga
Objetivo: Liberar tensión acumulada sin reactivar trauma.
Opciones:
Sacudir manos y pies durante 30 segundos.
Estiramientos suaves de cuello, hombros y espalda, acompañando con exhalaciones largas.
Caminar lento sintiendo el contacto de cada paso con el suelo.
5. Cierre y auto-reaseguramiento
Objetivo: Cerrar la práctica reforzando la seguridad.
Pasos:
1. Cruza los brazos sobre el pecho y aplica una presión suave (abrazo de mariposa).
2. Di en voz baja o mentalmente: “Estoy aquí, ahora. Estoy a salvo en este momento.”
3. Observa 3 cosas positivas o neutrales a tu alrededor.
Sugerencia de uso: Puedes elegir 2 o 3 prácticas y hacerlas en la mañana o antes de dormir.
Clave: Mantener el enfoque en sensaciones agradables o neutras; no entrar en recuerdos traumáticos sin acompañamiento profesional.
Estrategia somática para trabajar el trauma
Vamos a acompañar al sistema nervioso y al cuerpo en un proceso de regulación, liberación y reintegración, sin forzar ni revivir lo traumático de golpe.
Aquí tienes un esquema claro y progresivo:
1. Regular el sistema nervioso (Seguridad primero)
El objetivo es salir del estado de hiperalerta o desconexión.
Respiración suave y lenta (ejemplo: inhalar 4s, exhalar 6s).
Apoyo físico: sentir la firmeza del suelo, una pared, un cojín.
Movimiento rítmico: balanceo, caminar despacio, mecerse.
2. Reconectar con el cuerpo (Conciencia sin juicio)
Aprender a habitar el cuerpo sin miedo.
Escanear suavemente las sensaciones físicas.
Identificar partes que se sienten neutras o agradables (calor, alivio, suavidad).
Usar tacto consciente: manos en el corazón, abdomen o autoabrazo.
3. Liberar tensión atrapada (Descarga gradual)
El trauma deja “energía congelada” que el cuerpo no pudo descargar.
Sacudir brazos y piernas por 30–60 segundos.
Temblores naturales (ejercicios TRE® con guía).
Estiramientos suaves acompañados de exhalaciones largas.
4. Integrar (Cerrar con seguridad)
Nunca terminar en una activación alta; el cierre es clave.
Observar los cambios: respiración más fluida, cuerpo más liviano, calma.
Reforzar con frases internas: “Estoy aquí y ahora”, “Estoy a salvo en este momento”.
Mirar alrededor y reconocer objetos seguros y reales en el presente.
Principio central: el trabajo somático se hace en microdosis, avanzando poco a poco, enseñándole al cuerpo que puede sentir, descargar e integrar sin quedar atrapado en el pasado.
Recordatorio: No sustituye acompañamiento terapéutico. Si algo te resulta abrumador, detente y regresa a un recurso de seguridad (respiración, tocar un objeto, mirar a tu alrededor).
Plan Somático de 4 Semanas para el Trauma
Semana 1: Seguridad y anclaje
Objetivo: Recordarle al cuerpo que ahora está en un lugar seguro.
Práctica diaria (5 min): Sentarte con los pies firmes en el suelo, notar su contacto.
Ejercicio: 5-4-3-2-1 → nombrar 5 cosas que ves, 4 que puedes tocar, 3 que escuchas, 2 que hueles, 1 que saboreas.
Cierre: Autoabrazo durante 1 minuto, respirando lento.
Semana 2: Reconexión corporal
Objetivo: Aprender a sentir sin miedo.
Escaneo corporal breve (2–3 min): nota dónde sientes calor, suavidad o comodidad.
Tacto consciente: coloca una mano en el pecho y otra en el abdomen; observa la respiración.
Movimiento suave: balanceo sentado o de pie, 2 min.
Semana 3: Descarga y liberación
Objetivo: Permitir al cuerpo soltar tensión acumulada.
Sacudir manos y pies durante 30 segundos.
Estiramientos con exhalación larga.
Caminar despacio sintiendo el contacto de cada paso con el suelo.
Semana 4: Integración y resiliencia
Objetivo: Cerrar prácticas con calma y fortalecer sensación de control.
Después de cada ejercicio, observa cambios: ¿respiras mejor? ¿sientes más ligereza?
Usa frases de reaseguramiento: “Estoy aquí y ahora”, “Mi cuerpo sabe autorregularse”.
Finaliza siempre mirando a tu alrededor y eligiendo 3 cosas que te transmitan calma.
Sugerencia:
Haz estas prácticas 1–2 veces al día, sin forzar.
Si algo incomoda, regresa a un ejercicio de la Semana 1 (anclaje).
La clave no es la intensidad, sino la constancia y la suavidad.