El precio oculto de las redes: autoexigencia, inseguridad, sobreestimulación y vacío emocional
El impacto silencioso de los mensajes “perfectos” en personas vulnerables
Vivimos en una época en la que todo se muestra, se mide, se compara.
Especialmente en las redes sociales.
Allí leemos frases como:
“Sé tu mejor versión”
“Rompe tus límites”
“Cambia tu vida en 5 pasos”
“El éxito depende solo de ti”
Y aunque a veces parecen motivadores, cuando estás vulnerable, emocionalmente frágil o simplemente cansada, estos mensajes pueden hacerte mucho daño.
Las redes pueden convertirse en un espejo cruel
Cuando estás atravesando un proceso terapéutico, pasando por ansiedad, trauma, duelo o simplemente intentando entenderte, los mensajes de perfección constante no te motivan.
Te agotan. Te comparan. Te desconectan.
Porque no muestran el proceso.
No muestran las recaídas.
No muestran los días de no poder con todo.
Y entonces empiezas a pensar que lo que te pasa solo te pasa a ti.
Que vas tarde. Que no haces suficiente. Que estás fallando.
¿Qué le ocurre a tu cuerpo?
Cuando tu sistema nervioso está alterado o en estado de alerta, las redes pueden ser un disparador constante:
Te comparas sin querer
Te exiges desde la inseguridad
Sientes que no estás haciendo “lo suficiente”
Te alejas de tu propio ritmo
Pierdes conexión contigo misma
Todo eso te desconecta del cuerpo, de tus necesidades reales y de tu proceso interno.
No estás fallando. Estás intentando sobrevivir en un entorno que te exige demasiado.
La mayoría de los mensajes que circulan por redes están pensados desde un lugar donde no hay espacio para el dolor, la pausa, la duda o el cansancio.
Y sin darte cuenta, acabas creyendo que tienes que estar bien todo el tiempo, que no puedes permitirte parar, sentir o no saber.
No es culpa tuya si te estás sintiendo así
No es inmadurez.
No es debilidad.
Es una respuesta legítima de tu cuerpo y de tu sistema emocional a un entorno que estimula la autoexigencia, la productividad constante y la desconexión afectiva.
¿Qué necesita tu cuerpo realmente?
Tu cuerpo no necesita que lo hagas todo perfecto.
No quiere que finjas estar bien todo el tiempo.
Tu cuerpo necesita:
Respirar profundo
Sentirse seguro
Moverse con suavidad
Descansar sin culpa
Estar en silencio
Sentir sin tener que demostrar nada
Volver a lo real
En lugar de compararte con lo que ves fuera, puedes preguntarte:
¿Qué necesito de verdad hoy?
¿Cómo me estoy sintiendo?
¿Puedo darme permiso para parar?
¿Puedo acompañarme en vez de exigirme?
Las respuestas no están fuera.
No están en una frase viral ni en un perfil que parece tenerlo todo bajo control.
Están en ti.
En tu cuerpo.
En tu historia.
En tu respiración.
En resumen
Las redes sociales no son malas en sí, pero pueden hacer mucho daño si estás en un momento sensible
No siempre lo que ves es real, ni te hace bien
No necesitas más exigencia. Necesitas más presencia
Tu cuerpo no necesita brillar todo el tiempo. Necesita que estés con él
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Un espacio donde no tienes que demostrar nada.
Solo volver a ti.