Redes sociales y ansiedad: cuando estar conectada te desconecta de ti
En teoría, las redes sociales nos conectan.
Nos acercan a otras personas, a ideas nuevas, a inspiración.
Pero en la práctica, para muchas personas, ese espacio se ha vuelto una fuente de comparación constante, ruido mental y ansiedad invisible.
Y no es casualidad.
Es un síntoma.
¿Por qué las redes generan ansiedad?
Porque están diseñadas para eso: para activar tu atención, tu sistema de recompensa, tu necesidad de validación.
Y si estás en un momento emocionalmente vulnerable (con ansiedad, trauma, baja autoestima o exigencia interna), ese entorno puede convertirse en una trampa muy sutil.
Tu cuerpo se pone en alerta.
Tu mente empieza a compararse.
Tu sistema nervioso interpreta todo lo que ves como un riesgo, un juicio o una amenaza.
¿Cómo se siente?
Entras a Instagram “un momento” y sales sintiéndote peor
Notas tensión en el pecho, la mandíbula o el estómago
Sientes que tu vida va mal en comparación con las demás
Te exiges más, pero desde el miedo, no desde el deseo
Te cuesta parar, pero cuando lo haces, te sientes culpable
Sientes que deberías “hacer más”, “ser más”, “llegar a más”
Todo eso es ansiedad.
No porque algo esté mal en ti, sino porque tu cuerpo no se siente seguro en ese entorno.
¿Qué necesita tu sistema nervioso?
Tu sistema nervioso necesita menos perfección y más verdad.
Menos sobreestimulación y más silencio.
Menos exigencia externa y más conexión interna.
Necesita:
Respirar sin distracciones
Estar en el presente, no en la comparación
Recordar que no está en peligro
Sentirse en calma, aunque afuera todo corra
¿Qué puedes hacer?
No se trata de demonizar las redes, sino de usarlas de forma más consciente.
Aquí van algunas ideas:
Observa cómo te sientes después de estar en redes
(¿Más conectada contigo o más vacía?)Pon límites de uso sin culpa
(Puedes alejarte, silenciar o dejar de seguir lo que te genera malestar)Recuerda que lo que ves no es toda la verdad
(Hay mucho dolor maquillado de éxito)Prioriza espacios de presencia real
(Cuerpo, respiración, movimiento, silencio, vínculo)
Lo que ves no es lo que eres
Tú no eres tu productividad, ni tus likes, ni tus comparaciones.
Tú eres una persona en proceso, con emociones reales, un cuerpo que siente y una historia que merece ser tratada con respeto.
Y si ahora mismo sientes ansiedad cada vez que abres una red social,
eso no es inmadurez.
Es tu cuerpo diciendo: “Ya no puedo con esto.”
Y merece ser escuchado.
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Un espacio donde volver a ti sea más importante que encajar.